Tras 5 meses de bajada consecutiva, el IPC sufre una ralentización situándose en un 5,8% de subida de la tasa interanual, dato que, sumado a la subida a un 7.5% de la inflación subyacente (índice general que excluye los alimentos no elaborados ni los productos energéticos) y la subida de tan solo el +0.2% del PIB trimestral nos sitúa en un horizonte complicado a corto plazo para las familias y empresas, que ven cada vez más mermado su poder adquisitivo.

Ayer anunciaba el INE el Indicador adelantado del IPC del primer mes de este año 2023. Es importante destacar que la contabilización de los datos ha sufrido una serie de cambios, desde la inclusión del mercado libre en el cálculo del indicador de precios, hasta la modificación de la estructura del gasto, que afectan a la lectura y análisis de los datos.

 

“Nos encontramos ante un horizonte complicado a corto plazo para las familias y empresas, que ven cada vez más mermado su poder adquisitivo”

 

Cabe destacar algunos de los cambios más relevantes que afectan a la nueva lectura de los datos:

  • Sustitución de la EPF (Encuesta de Presupuestos Familiares) como fuente principal por las ponderaciones procedentes de la Contabilidad Nacional, que tiene como motivo la modificación de la estructura: se ha recortado la proporción del presupuesto familiar del 22.6% al 19.6% en la compra de alimentos y bebidas no alcohólicas y del 14.2% al 12.7% la asignación destinada a los suministros. Ambos cambios contribuyen a la suavización de la subida del IPC.
  • Disminución del peso de los grupos de alimentos y bebidas alcohólicas y de la vivienda en la cesta de la compra.
  • Aumento del peso del transporte, hoteles, cafés y restaurantes.
  • Introducción de la evolución del precio de la electricidad y el gas en el mercado libre para el cálculo del indicador de precios.

Complementando los datos de la subida del IPC del INE con la encuesta realizada por la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) en colaboración con otras tres asociaciones de Euroconsumers en diciembre, podemos adelantar un aumento en la incertidumbre que la sociedad española lleva ya tiempo arrastrando, con el consecuente incremento en el riesgo de impagos y morosidad a lo largo de este 2023.

  • El porcentaje de hogares españoles atravesando dificultades económicas ha aumentado de forma preocupante: del 23% al 35% en los últimos ocho meses.
  • El 54% de los españoles considera su situación económica peor que hace un año.
  • Apenas un 17% de los españoles es capaz de ahorrar más de 300€ a final de mes, mientras que un 22% vive al día.

Todos estos indicadores reflejan la paulatina erosión de la clase media española, situándola ahora mismo en una posición de mayor vulnerabilidad ante posibles sucesos adversos en el corto/medio plazo.

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